“El merengue no muere porque no sabe hacerlo”: Wilfrido Vargas
El merenguero prenderá Las velitas en Barranquilla con un show de talla internacional en Moy’s.
El maestro Wilfrido Vargas es de esos seres humanos que saben cómo sacarte una sonrisa dentro y fuera del escenario. Su impecable sonrisa y voz ronca nunca es empañada, ni siquiera si se encuentra lejos de su familia, porque para él “mi público es el alimento que necesito”.
El maestro no se niega a una foto, al contrario, para él es una oportunidad de estar más cerca de sus fanáticos, saber lo que quieren y lo que esperan de él. A Barranquilla llegó con una sola misión: cantar hasta que el cuerpo aguante y si es en noche de velitas mucho mejor.
Junto con grandes de la música como Hansel y Raúl, Gabino Pampini, Beto Zabaleta, la agrupación Voces de Billo, entre otros artistas que le cambiarán la cara a la celebración y la llenarán de música, sabor y alegría.
“Voy a cantar todo… Absolutamente todos los éxitos con los que he puesto a bailar a todos, ‘El baile del perrito’, ‘El comején’, mejor dicho, vengan a acompañarme para pasar una noche única y muy especial”, dijo el maestro con su característico acento dominicano.
El ‘king’ asciende
Wilfrido Radhamés Vargas Martínez no estará solo en tarima, el músico dominicano confió en el talento barranquillero y durante su interpretación estará acompañado de grandes voces nacidas en La Arenosa. Uno de ellos es su productor Lessing Kerguelen, con quien está planeando el regreso del ‘king’ (rey).
“El álbum se titulará ‘The King is back’ (‘El rey está de vuelta’) y está cargado de muchas sorpresas… Es un álbum que hemos trabajando con 12 temas… Van a ver acompañamiento con grandes artistas…Pero esas sorpresitas no se pueden ir diciendo por ahora… Todo a su tiempo… Por lo pronto tienen que acompañarnos la noche de este 7 de diciembre en Moy’s para la gran celebración de velitas donde dejaremos todo en el escenario”, explicó.
De vuelta a Barranquilla
Wilfrido declara a Colombia, en especial Barranquilla, como territorio ‘Wilfridista’, ya que tiene tanto agradecimiento con el país y con los artistas, que lo piensa dos veces cuando debe partir.
“Barranquilla significa para mí lo que fue la desvirginidad… Nosotros somos una isla y yo me ponía a pensar (cuando era joven y antes de la fama) … ¿Es verdad que detrás del mar hay otro país? ¿Cómo será?.. entonces yo vengo a Colombia y veo artistas como Diomedes Díaz, el Binomio de Oro, que son tan ‘Wilfridistas’ y eso me pone orondo, feliz, dichoso … Cada vez que yo vengo a Barranquilla siento ese cariño… esa cosa y no me quiero ir”, contó con alegría el maestro.
Por ahora, no saldrá de Colombia
Lo que tiene Wilfrido Vargas en Colombia es trabajo. Varias ciudades se preparar para su terremoto de alegría comenzando desde este diciembre y hasta principios de 2017. Vargas y su orquesta estarán en la Feria de Cali, en Bogotá, Bucaramanga, Cartagena entre otras ciudades “para que el maestro siga disfrutando de la belleza de nuestro país”, manifestó el cantante David Melek.
El merengue no muere
“Yo tengo el orgullo de haber llevado a cuestas el título de merenguero… tengo el orgullo de haber podido viajar por el mundo como merenguero…Tengo el orgullo de haber podido enseñarle a los que no saben qué es el merengue y que lo conozcan... Tengo el orgullo de haber llevado a los merengueros mucho merengue y tengo el orgullo de haber puesto un grano de arena muy importante en la cosecha merenguera que hizo que la ONU decretara el merengue como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”.
Con esta frase, el maestro resume sus casi 45 años de carrera artística y la influencia mundial de los ritmos que lo han llevado a dejar una huella en cada una de sus presentaciones.
Sobre el futuro del merengue, Vargas es positivo y asegura a boca llena y sacando pecho que ese género que lo enamoró cuando era un niño y que lo desvió de ser un doctor, abogado o tal vez, un ingeniero, no morirá ni ahora ni nunca.
“El merengue no muere porque no sabe hacerlo… El merengue no sabe morir, por eso estará como número uno en todas las salas de baile latinoamericanas”, con esta gran frase se despidió el maestro de Zona Cero, pero no de Barranquilla porque la noche de velitas debe cantar, tocar su característica trompeta dorada y poner a bailar hasta que el cuerpo aguante a todos sus seguidores.